Una epidemia de cólera, paso por paso
- 1886: se denuncia la aparición de casos de cólera en Nápoles y Génova. La noticia preocupa en Montevideo con razón: las epidemias europeas suelen trasladarse al Río de la Plata por vía marítima, a través del tráfico naviero.
- Octubre: dos barcos italianos, el "Venus" y el "Saturno", se aproximan a nuestras costas. Nuestra opinión pública se inquieta y reclama la adopción de medidas.
- El gobierno prohíbe la entrada de los dos barcos italianos que ya se encontraban próximos a nuestro puerto. Pero a pesar de los reclamos, no se adopta igual medida con naves argentinas, que ingresan a diario, a pesar de que el país hermano mantiene su contacto abierto con Europa.
- Aparecen casos de cólera en Argentina y Paraguay. Sin embargo, el 12 de Octubre atraca en nuestro puerto el vapor de bandera argentina "Perseo".
- 6 de noviembre: a pesar de que aparecen nuevos casos de cólera en los países vecinos, hoy arriba a nuestro puerto el barco "Rivadavia" y desembarcan pasajeros sin ningún control.
- Recién al día siguiente el Gobierno prohíbe el acceso de barcos argentinos y paraguayos.
- Días después, en la localidad de la Unión aparece un enfermo cuyos síntomas preocupan a las autoridades. Se lo mantiene en observación. Falta el análisis bacteriológico.
- Se trata de un soldado de nombre Ramón Castrillo. Su caso resulta inquietante por cuanto es uno de los desembarcados del vapor argentino "Rivadavia".
- Se confirma que el enfermo Ramón Castrillo se encuentra aquejado de cólera: ha aparecido el primer caso en nuestro país. Preocupan, además, sus declaraciones en el sentido de que en los últimos días efectuó deposiciones en un baldío cercano a su casa, con el riesgo de contagio consiguiente.
- Un segundo caso se registra en la misma localidad de la Unión: ahora es un estibador, de nacionalidad oriental, también desembarcado de Buenos Aires, en fecha reciente.
- En los días siguientes, aparecen varios casos de cólera, ahora en Maroñas.
- Una noticia alarmante: el cólera ha penetrado en un establecimiento público de la Unión, el Asilo de Mendigos. Manuel Martínez, español, y Gualberto Mostello, oriental, enfermaron el 5 de diciembre, falleciendo ese mismo día. En dicho asilo se alojan unos 500 internados en condiciones sanitarias inadecuadas. La situación podría tornarse catastrófica.
- A pesar de la grave realidad que está viviendo la Unión, se anuncian para el fin de semana corridas de toros en su Plaza. Ello supone la concurrencia de unas 3 mil personas, casi todas provenientes de Montevideo, lo cual apareja un riesgo cierto para la ciudad, hasta ahora no alcanzada por el mal.
- Tal como se temía, se propaga la epidemia dentro del Asilo de Ancianos de la Unión: de la Sala de Hombres pasó a la de Mujeres, y de ésta a la de Niños.
- Las autoridades no suspenden las corridas de todos en la Plaza de la Unión, como se esperaba. Tan sólo prohíben el consumo de bebidas alcohólicas, medida criticada en los ambientes médicos, pues en cambio se permite beber agua con toda libertad, a pesar de que suele extraerse de pozos y aljibes que pueden estar contaminados.
- Se sabe de un segundo establecimiento público atacado por el mal: ahora es el Manicomio Nacional, donde aparecieron casos en el patio bajo del Departamento de Mujeres, desde el cual se propagó al sector masculino.
- Preocupa la situación de Montevideo frente a la proliferación de casos en la Unión y Maroñas. Ambas localidades se encuentran unidas por dos líneas de tranvías de caballo y una de ferrocarril, cuya circulación no ha sido impedida hasta el momento.
- Es impresionante comprobar cómo la difusión de la epidemia parece seguir un derrotero perfectamente definido: nuevos casos van apareciendo todo a lo largo de las avenidas 8 de Octubre y 18 de Julio, aproximándose a nuestra ciudad como si el mal viniera conducido por un carruaje.
- Montevideo se encuentra en condiciones inadecuadas para enfrentar la posibilidad de una epidemia. Su pavimentación deficiente facilita la contaminación; se carece de caños maestros en algunas zonas; tampoco se poseen estufas de desinfección. Habitan Montevideo, en este 1886, unas 110.000 personas.
- Nuestra ciudad se encuentra prácticamente cercada por el cólera. Actualmente hay casos confirmados en las localidades adyacentes del Reducto, la Figurita, Cerrito, Pocitos, Punta de las Carretas, Aguada, Paso del Molino, sin contar los focos primitivos de Unión y Maroñas. Pero hasta el momento las autoridades no han adoptado medidas para aislar a la ciudad, que mantiene su contacto regular con todas esas zonas infestadas.
- Sucede lo inevitable: se anuncia la aparición de un primer caso de cólera dentro de la misma ciudad de Montevideo. En la calle Ituzaingó 225, enfermó y murió en pocas horas el vecino Pedro Llanes.
- Ahora sí, frente a la evidencia de los hechos, las autoridades adoptan medidas urgentes: se desalojan varios conventillos y algunos barrios próximos.
- Dos nuevos casos de cólera dentro de la ciudad: en la fonda de la calle Ciudadela 104 se halla gravemente enfermo Manuel Etchegaray; y en Yaguarón entre Miguelete y Cerro Largo acaba de fallecer José Mainero.
- Frente al embate del mal, el Gobierno dispone la suspensión de las clases en todos los colegios públicos y privados de la ciudad, así como de los espectáculos públicos, en especial teatros y corridas de toros.
- Llegan a 72 los casos registrados en el Manicomio Nacional. Para agravar aún más el panorama, se anuncia la aparición de casos de cólera en el Hospital de la Caridad, al tiempo que se multiplican los que se registran en casas particulares.
- Las autoridades disponen que los objetos que hubieran estado en contacto directo con el enfermo, lo mismo que las ropas sucias de evacuaciones y vómitos, deben ser incinerados de inmediato.
- Otra disposición que se imponía: comenzará a funcionar una Casa de Aislamiento para atender a aquellos enfermos que no puedan recibir atención médica adecuada en su propia casa. El establecimiento se encuentra situado en el Buceo, está dotado de laboratorio microbiológico, y será atendido por personal especializado. Para el traslado de los enfermos se contará con vehículos especialmente preparados para el efecto.
- Obligatorio para los médicos en casas particulares: después de atender a un enfermo de cólera, no podrán salir de la habitación sin antes desinfectarse cuidadosamente.
- Un fin de año negro para Montevideo: el de 1886. El 31 de diciembre, nuestra ciudad despide el año enlutada y aterrorizada.
- Un caso insólito: al inaugurarse la Casa de Aislamiento en el Buceo, los enfermeros designados huyeron, desertando de su obligación. Un grupo de practicantes que estaban actuando abnegadamente en el Asilo de Mendigos de la Unión desde la primera hora, se ha ofrecido para hacerse cargo del servicio. La población debe conocer sus nombres: Nicola, Fonseca y Vidal y Fuentes.
- Junto con estos practicantes también las Hermanas de San Vicente de Paul han pasado a desempeñar tareas en la casa de Aislamiento.
- Dictados obligatorios para toda la población: en las casas donde haya enfermos de cólera, se desinfectarán los pisos, muebles, camas, paredes y puertas; se desprenderán y desinfectarán cortinas y cortinados, alfombras, copas, tazas y todo otro objeto de uso.
- En caso de fallecimiento por cólera: el cadáver deberá ser amortajado en una sábana empapada en una solución de bicloruro de mercurio al 2 mil, cuidando de que cubra enteramente el cuerpo.
- 14 de enero de 1887: ha surgido un fuerte brote de cólera en el batallón 3ro de Cazadores. Frente a esta situación alarmante, se ha procedido a desinfectar soldado por soldado, su armamento y correaje, incinerándose todas sus ropas.
- Las autoridades prohíben que se velen los fallecidos por cólera. El cuerpo permanecerá lo menos posible en la habitación, y una vez retirado de la misma, esta será desinfectada y clausurada por espacio de siete días por lo menos.
- Comunicado urgente de las autoridades: Ante versiones antojadizas que circulan entre la población, la Comisión de Salubridad, que dirige la lucha contra el cólera, hace sabe a la población de Montevideo: 1) que solo se trasladan a la Casa de Aislamiento enfermos que no tienen familiares o amigos que se hagan cargo de ellos. 2) Que a los enfermos sin recursos se les suministra gratuitamente medicinas, alimentos y elementos de higiene. 3) Que en ningún caso se ha procedido a la inhumación de los fallecidos sin la presentación del certificado de defunción. 4) Para que la población esté debidamente informada, la Comisión de Salubridad invita a la prensa a concurrir libremente a sus sesiones.
- El cólera se extiende de modo fulminante en el Batallón 3ro de Cazadores. El día 22 de enero, durante la noche, se produjo la friolera de 60 casos juntos. Todos fueron remitidos de inmediato a la Casa de Aislamiento.
- Se dispone que aquellas casas donde hubiere enfermos de cólera , deben quedar totalmente aisladas del exterior, y sus habitantes no podrán tener contacto alguno con personas ajenas, bajo pena de rigurosas sanciones.
- Una noticia alentadora en medio de tanta desolación: parecería conjurada la epidemia en el Asilo de Mendigos de la Unión: desde el 1ro de enero no se han repetido más casos. En total fueron 53 los internados atacados, de los cuales fallecieron 38. Resultó contagiado el médico principal del establecimiento, doctor Capdehourat, pero felizmente sanó.
- Se exhorta a la población a colaborar con las medidas dictadas por las autoridades, ya que se tiene conocimiento de frecuentes casos de desobediencia o desaprensión. Se encarece especialmente no hacer caso de rumores alarmistas y atenerse únicamente a los comunicados oficiales. Abstenerse, asimismo, de recurrir a prácticas de curanderismo y supuestas panaceas maravillosas, como se ha comprobado reiteradamente.
- Parece decrecer también la epidemia en el Manicomio Nacional. Hasta el momento fueron atacados 111 internados, de los cuales fallecieron 54. Se contagiaron dos Hermanas de Caridad y un capataz, pero los tres se salvaron.
- Febrero de 1887: la epidemia parece amainar. No obstante las autoridades sanitarias exigen el mantenimiento de todas las medidas en vigor.
- 14 de febrero: se da por totalmente conjurado el brote en el Batallón 3ro de Cazadores. Cifras finales: 97 soldados atacados, 4 oficiales y 1 practicante. Casos fatales, 61.
- Marzo: ninguna muerte se ha producido desde hace varios días. Quedan todavía varios casos de cólera en proceso, pero se consideran perfectamente controlados.
- La calma va retornando lentamente a la ciudad en los primeros días de marzo. Se espera que en pocos días puedan levantarse las severas medidas vigentes.
- 24 de marzo: las autoridades declaran oficialmente concluida la epidemia de cólera y dejan sin efecto las rigurosas prohibiciones y dictados que pesaban sobre la población de Montevideo. Se hace público el agradecimiento al cuerpo médico, practicantes, hermanas de caridad, funcionarios y particulares que cooperaron de un modo u otro, con riesgo de su vida, para conjurar los males del terrible flagelo que costó a vida de unos 450 montevideanos en cuatro meses.